Consejos y sugerencias básicas e imprescindibles
para aprender a alimentarse con responsabilidad. Principios para una
buena higiene alimenticia.
Para poder alimentarnos de manera responsable, proporcionando al
organismo salud, equilibrio y bienestar, es
importante tener en cuenta algunas consideraciones a la hora de
elaborar un menú semanal o mensual, una dieta equilibrada que nos
proporcione todos los nutrientes imprescindibles. Para ello, no
sólo es necesario conocer la spropiedades de los alimentos y
saber cuáles son más o menos convenientes, sino también conocer
algunos principios esenciales de nutrición y
algunas costumbres que nos ayudarán a mantener una
correcta higiene alimenticia.
Disponer de información
Para poder disfrutar de una auténtica higiene
alimenticia, el primer paso es disponer de información (cuanta
más, mejor), sobre el funcionamiento del organismo. Ya sabes que en
nuestra página nos gusta insistir en la importancia de no dejar en
manos de terceros la responsabilidad de nuestra vida y que,
para poder mantener unos hábitos saludables, es necesario
informarse, informarse e informarse más todavía.
Por ello, te recomendamos que leas qué nutrientes necesita el
organismo y el metabolismo de los alimentos, ya que, aunque
en principio pueda parecerte un asunto aburrido o intrascendente, se
trata de información esencial si verdaderamente quieres
comprometerte con tu alimentación y salud. Por supuesto, contrasta
la información que te ofrecemos con otras fuentes, cuantas más,
mejor.
Programar una dieta
Una de las formas más eficientes de comer
bien, de forma saludable y equilibrada, es programar la dieta
periódicamente. Es decir, tener anotado lo que vamos a comer cada
día para no improvisar ni sucumbir a la pereza o la desidia. Decidir
en el último momento qué alimentos vamos a tomar conlleva el riesgo
de elegir aquello que nos resulte más cómodo y que, casi siempre,
es lo menos saludable.
En cambio, tener anotado nuestro menú semanal o
mensual es un buen sistema para integrar, de forma automática, un
compromiso con nuestra salud.
Consumir ecológico
Dependiendo de tus conocimientos y grado de
implicación con tu salud y con las corrientes más alternativas
y vanguardistas de nutrición y estilo de vida saludable, puede que
todavía no te hayas planteado la gran importancia que tiene el
hecho de consumir productos libres de pesticidas y sustancias
químicas.
Si ese es tu caso, te recomendamos que leas nuestros
artículos sobre el peligro de los aditivos alimentarios, qué
son los transgénicos y por qué evitar los productos
light o, incluso si quieres ampliar más la información sobre
estos factores, que conozcas los peligros de otro tipo de productos
como la cosmética industrial o todos los tóxicos que
hay en el hogar y de los que no resulta difícil desprenderse.
Existe un gran desconocimiento por parte de la población, en
general, sobre el impacto en la salud que tiene este coktel de
sustancias. ¡Aprende a comprar ecológico! Lejos de resultar una
molestia, te aseguramos que te proporcionará grandes
satisfacciones.
Elegir productos de calidad
Dejarse seducir por la fachada es algo que se
da con bastante frecuencia en nuestra sociedad. Los anuncios y
los grandes esfuerzos comerciales de las compañías
multinacionales no caen en saco roto y, desde luego,
resulta tentador dejarse seducir por elementos que no tienen ninguna
importancia y que, además, nos envenenan.
Por ejemplo, el hecho de que las frutas
sean iguales y “perfectas” requiere elementos y
tratamientos químicos nada seductores para nuestro organismo. Lo
mismo ocurre con la carne (de color rojo intenso) o con esos
productos de apetitoso aspecto como el jamón ( y tantos fiambres)
que incluye infinidad de aditivos alimentarios. La mayor parte de las
veces, en lo que a alimentación se refiere, la calidad de un
producto es inversamente proporcional a su “belleza”.
Aprender a distinguir los productos de calidad sin
dejarse seducir por el aspecto exterior es un arte que mejora con la
experiencia. ¡Pruébalo! Tu paladar, tus sentidos y, sobre
todo, tu cuerpo, te lo agradecerán.
Cocinar manteniendo los nutrientes
Para poder obtener la mayor riqueza
nutricional, es importante que gran parte de los alimentos diarios
(sobre todo los vegetales) se consuman crudos y frescos. Es
decir, cuanto menos tiempo lleven cortados, mejor. Y cuanto menos
cocinados estén, mejor (excepto los cereales y
las legumbres, que es mejor consumirlos muy hechos).
Los alimentos que vayamos a comer cocinados, mejor
al vapor o a la plancha, durante poco tiempo y a fuego lento.
Evitar en la medida de lo posible los fritos, el horno y, sobre todo,
el microondas.También es importante tener en cuenta que todos los
nutrientes hidrosolubles pasan al agua cuando los cocemos y son
muy sensibles a los factores externos. Por lo tanto, utiliza el agua
de la cocción cuando hagas sopas vegetales o purés y consulta
nuestro artículo cómo cocinar las verduras para que mantengan
sus nutrientes.
Comer como si fuese un ritual
Nuestro ritmo estresante de vida ha hecho que cada
vez dediquemos menos tiempo y atención a la ceremonia de la
alimentación, siendo como es, algo absolutamente esencial para
mantener la salud, la vitalidad y la alegría.
Comer requiere tiempo, mimo y dedicación. Programar
una dieta, elaborar platos sanos y apetitosos, o incluso realizar la
compra semanal, es algo que requiere atención y cuidado. No se trata
de una obligación más, sino de plantearlo con auténtico
deleite, como si fuese una de las cosas más importantes de nuestra
vida (que, de hecho, lo es). Si empiezas a dirigir tu atención a los
alimentos, descubrirás que puedes entablar con ellos una nueva
relación, una relación de gratitud y, por qué no decirlo, amor.
Agradece a los alimentos todos los nutrientes
que te van a proporcionar y agradece a tu cuerpo el enorme
esfuerzo que hace por mantenerte con vida. Dedícale tiempo, dedícate
tiempo para alimentarte correctamente y comparte esos buenos ratos
con gente a la que quieras, con una buena conversación, sin
televisión, sin prisas.
Masticar mucho y bien
Esa opción que consiste en dedicar tiempo y mimo a
la ceremonia de la alimentación, incluye también dedicar
tiempo a masticar los alimentos. Estamos tan acostumbrados a las
prisas, que lo más normal es dar a penas unos bocados y dejar que el
alimento pase por la garganta. Esto supone un enorme y absurdo
gasto energético para el organismo que, además, impide
una correcta utilización de los nutrientes.
¿Sabías que el cerebro tarda un tiempo hasta
detectar la saciedad? ¿Sabías que las personas que mastican poco y
comen deprisa, ingieren mucha más cantidad de comida porque no les
dan tiempo a su cerebro para detectar la saciedad? ¡Masticar
mucho ayuda a comer menos! Así que ya sabes, si estás pensando
en cómo adelgazar definitivamente, empieza por masticar más.
Si queremos disfrutar de salud y vitalidad, si
queremos proporcionar a nuestras células una vida larga y llena de
energía, un buen comienzo es ayudarles en sus funciones
biológicas empezando por masticar abundantemente. Si quieres
saber por qué es tan importante, visita nuestro reportaje la
importancia de masticar bien los alimentos.
Equilibrio entre disciplina y deleite
Lo aconsejable es comprometernos con nuestra salud
siguiendo una dieta responsable y constante, es decir, tomar la
dieta muy en serio y cumplirla de forma generalizada.
Eso no quiere decir que no podamos permitirnos un
capricho de vez en cuando. Ni el rigor excesivo ni la
permisividad generalizada nos van a ayudar en este compromiso. Si
todos los días cocinamos, comemos en casa y nos alimentamos
saludablemente, no pasa nada si un sábado nos permitimos comer una
pizza llena de grasa… Seguro que nos sienta bien.
Ahora que ya tenemos claros algunos conceptos
esenciales para mantener una buena higiene alimenticia y comer bien,
es hora de poner en práctica los conocimientos y elaborar
una dieta sana y equilibrada. Revisa los conceptos básicos para
elaborarla.-
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